Hoy iniciamos la experiencia de hacer catequesis del arte. Estaremos presentando algunas obras (preferentemente pinturas) del arte universal, las cuales nos ayuden a encontrar un mensaje para nuestras vidas y la de los demás. Tenemos como objetivo: adentrarnos en la belleza del arte y ejercitarnos en el análisis teológico o catequético de los cuadros. Creemos que la riqueza cultural y del arte, son un espacio desde el cual Dios también nos habla, por lo que, a los agentes de evangelización y catequesis, nos vendrá bien considerarlo en nuestro ministerio.
Para poder ejercitarnos en este espacio, te invitamos a seguir estos pasos:
1º Abrir la Pintura. Adéntrate en el cuadro. Disfruta sus detalles, el escenario, los personajes, las expresiones, los colores, el posible tema de fondo que consideres. De ser posible, haz una primera interpretación de lo que creas que hay en la pintura.
2º Leer los datos y fichas técnicas. Haz una lectura de los datos y comentarios que hemos añadido, son breves, pero tratan de mostrar algunos elementos interpretativos. Si algún dato te llama la atención, puedes retornar al cuadro, para corroborar y entender los detalles. Ampliar las fichas, se desplazan tipo diapositivas.
3º Contempla nuevamente el cuadro. Una vez hecha la lectura, retorna a la pintura y deléitate en ella, a la luz de lo que el autor quiso imprimir en su obra. Déjate tocar e interpelar, haciendo conexión con tus experiencias personales, religiosas, bíblicas, catequéticas, teológicas. Realiza una interpretación o reflexión.
4º Comparte tu reflexión. Al final del blog, podrás compartir tu interpretación, reflexión o enseñanza. Nos enriquecerá y dará gusto recibirla.
5º Comparte con los demás. Si esta experiencia te ha sido de provecho y grata, comparte a otros este espacio, para que también puedan ser alcanzados por la belleza, verdad y bondad que encierra el arte y el mensaje divino.
Empecemos con este cuadro
Jesús en casa de Marta y María. 1568.
Óleo sobre tabla. Medidas: 126 cm x 243 cm.
Museo del Prado. Madrid España.
AUTOR
Joachim Beuckelaer. 1535 - 1575
Pintor flamenco de temas religiosos, escenas profanas y naturalezas muertas. Estudió con Pieter Aertsen, quien en 1542 se había casado con su tía Katelijne Beuckelaer, del que heredó no solo el nuevo repertorio iconográfico, sino que también adoptó su lenguaje estilístico y su forma de pintar y aseguró el éxito y la difusión de estas nuevas composiciones. En 1560 contrajo matrimonio con Magdalena Schrijvers. Por dificultades económicas, y para subsistir, se vio obligado a trabajar para otros maestros pintores. Beuckelaer pintó tanto escenas religiosas clásicas como escenas de mercado. Se especializó en un tipo de pinturas de tema religioso asociado a una representación aparentemente profana. En ellas desarrolla un código visual que tiene su origen en Quintin Massys y en el que la yuxtaposición de planos, con la escena profana en primer término, encarnando el mal ejemplo, y la escena religiosa al fondo, en tonos apagados, le permite un juicio moralizante. La perspectiva se sirve, a menudo, de arquitecturas inspiradas en los tratados de Serlio y lleva la mirada del espectador hacia la escena religiosa. Beuckelaer sometió así la forma al contenido, lo que le valió la consideración de artista menor en una época en la que, en los Países Bajos del Sur, había una preocupación formal importante. Su aportación al renacimiento se sitúa más bien en el campo de la iconografía, que materializa el nuevo gusto antuerpiense por la pintura más anecdótica y decorativa. La prioridad decorativa, los colores sorprendentes y las convenciones espaciales acercan la obra de Beuckelaer al manierismo internacional.
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